La Familia Burtis y Horatio Petit

El asentamiento y colonización de la frontera fue un negocio arriesgado. La gente compraba tierras a precios bajos y luego las re-vendían a otros del este que querían mudarse al oeste. Algunos compraban sus tierras a distancia, mientras que otros se mudaban a Illinois para vivir y trabajar en sus tierras.

La colonia de Hudson se inició en la primavera de 1836. La Asociación de Tierras de Illinois compró terrenos al gobierno federal y los revendió a inversores por $235 por acción. Horatio Petit fue el mayor inversor individual. Aunque nunca vivió en la colonia en sí, ganó una gran suma de dinero revendiendo las tierras.

La familia Burtis llegó a la colonia de Hudson a mediados del invierno de 1836. Jacob y Mary Burtis y sus tres hijos tuvieron suerte, ya que la familia Gildersleeve los invitó a quedarse durante el invierno. John T. Gildersleeve y su familia fueron los primeros colonos en llegar a la nueva colonia de Hudson. La primavera siguiente, Jacob y Mary comenzaron la construcción de su propia casa.

Una enfermedad azotó la recién formada colonia, así como a la familia Burtis. La malaria fue especialmente rampante ya que los terrenos pantanosos cercanos eran el ambiente perfecto para los mosquitos.

En 1844, la familia Burtis se vio obligada a vender sus tierras, enseres domésticos y ganado. Jacob había estado previamente en una sociedad comercial con Horatio Petit, quien se negó a ayudar a resolver los problemas con los acreedores del este. Asahel Gridley, un abogado y político local, intervino, comprando el lote de los Burtis y se lo vendió a la familia a un precio muy reducido.

Para la década de 1870, la suerte de la familia había cambiado. Estaban libres de deudas, y todos los hijos de Jacob y Mary vivían cerca de la nueva casa familiar de los Burtis con sus propios hijos.